SALMOS

SALMO 91

PROTECCIÓN DE DIOS

El que mora bajo el abrigo del altísimo
vivirá por siempre bajo la sombra del Omnipotente
Le diré Yo a mi Dios: Esperanza mía! y Castillo Mío!, Mi Dios en quien confío
El me librará del lazo del cazador, de la peste destructora
con sus plumas me cubrirá y debajo de sus alas estaré segura
escudo y adarga es su Su Verdad

No temeré del terror nocturno, ni de saeta que vuele de día ,ni pestilencia que ande en la oscuridad
ni  mortandad que en el medio del dia destruya
caerán a mi lado mil y a mi diestra diez mil, mas a mi  no llegará
ciertamente con mis ojos miraré, y veré la recompensa de los impíos
porque he puesto a Dios por mi esperanza, al Altísimo por mi habitación
no me sobrevendrá ningún mal, ni plaga alguna tocará mi morada
porque ha mandado a sus ángeles acerca de mi, para que me guarden en todos mis caminos
en las manos me llevarán, para que mi pié no tropieze en piedra
pisaré al ápid y al león, hollaré al cachorro del león y al dragón, mas a mí no llegará

y Dios nos responde:
Por cuanto en Mi has puesto tu amor, Yo, también te libraré
te pondré en alto por cuanto haz conocido Mi Nombre
me invocarás en la angustia, y te responderé
te librare y te glorificaré
te brindaré una larga vida y te mostraré mi salvación

Amén y Así Sea


SALMO 23:

PROVISION DE DIOS

El Salmo 23, es una fuente de fuerza y protección en todo momento. Nos da la certeza de que Dios no nos abandona nunca, de que somos sus hijos favoritos, y de que nunca nos va a faltar nada, porque El está con nosotros.


El Señor es mi Pastor, nada me falta
en lugares de delicados pastos me hace descansar
junto a aguas de reposo me pastorea
El conforta mi alma,
El me guía por sendas de justicia por amor a Su Nombre
aunque vaya por valles de sombras de muerte
no temeré mal alguno, Padre
porque Tu estas conmigo
Tu vara y Tu cayado me infunden aliento
aderezas mesa delante de mi,
en presencia de mis angustiadores
unges mi cabeza con aceite
y mi copa esta rebosando.
Ciertamente, el bien y la sabiduría
me seguirán todos los días de mi vida
y en la casa de Mi Dios
moraré por largos días
Amén
Rezar es un acto de amor; cuando rezamos abrimos nuestra alma a Dios y entramos en un estado especial de comunicación directa con el Universo a través del cual podemos enviar buenos pensamientos y desear todo lo bueno a nuestros seres amados, al universo, al planeta, a nuestro país, y tambièn nos ponemos en posición de recibir bendiciones y todo lo bueno que Dios y el Universo nos envìe. 
Simplemente debes poner tu mente en actitud de recibir y Dios te llenará y te librará de tus necesidades.
Mayra Herré